Cuando un pastel se almacena adecuadamente, se puede mantener durante más tiempo. Sin embargo, la forma en que serán almacenados depende de cierto número de factores.
Sirve tus pasteles máximo 24 horas después de haberlos horneado a la perfección para garantizar que el sabor es de la máxima calidad. Por otro lado, si tienen ingredientes como fruta fresca, queso crema o natilla, sírvelo lo antes posible.
Cubre tus panes completamente para evitar que pierda humedad. Si no has cubierto tus panes al estar expuestos, es más probable que se sequen al ser almacenados.
Siempre envuelve tus panes, cupcakes o rebanadas con papel de plástico, para crear una barrera protectora y evitar que se sequen. Asegúrate de que todos los lados cortados están completamente cubiertos.
En estos casos se deben cubrir la parte que quedó expuesta con más glaseado o con plástico para alimentos. Asegúrate de cuidar que el plástico quede pegado a dicha parte, para que no se escape la humedad del pan.
Los pasteles con buttercream o ganache pueden durar de tres a cuatro días. Si el pastel tiene natilla, crema, queso crema o fruta fresca, no debes refrigerarlo por más de dos días. Los pasteles de frutas cubiertas de mazapán o glaseado duran más.
Toma en cuenta que, en caso de estar glaseado, éste o la cobertura, actúan igual que el plástico: es decir, evitan que se reseque el pastel. Hay que protegerlo del polvo con un tazón volteado o un cubrepasteles y guardar a temperatura ambiente.
Por otro lado, evita refrigerar pasteles de fondant o colorantes, ya que los colores se pueden deslavar.
Los pasteles congelados se conservan hasta 4 meses en buenas condiciones. Es mejor envolver los panes por separado en un contenedor hermético antes de congelarlos.
Para pasteles que ya están cubiertos, envuélvelos en papel de plástico, ya sea enteros o por rebanada, y colócalos en una bolsa hermética resellable. Esto evitará que absorban los otros sabores del refrigerador.
Sin embargo, no es recomendable congelar pasteles con merengue o coberturas de crema, ya que se pueden descomponer.
Al sacar los panes del congelador, permite que se descongelen completamente antes de servirlos.
Saca tu cobertura y añade un poco de leche y mezcla durante unos minutos, hasta que la cobertura esté esponjosa y fácil de esparcir.
Mantén tus pasteles fríos o a temperatura ambiente. El calor hará que se derrita la cobertura y que se seque el pan.
En verano, si tu cocina es muy caliente, es mejor refrigerarlos y luego dejarlos un rato a temperatura ambiente antes de servirlos.
La humedad, ya sea del ambiente o del proceso de enfriamiento de los pasteles, puede ocasionar que el fondo de pastel esté muy húmedo. Para solucionarlo, enfría completamente los pasteles en una rejilla de metal antes de cubrirlos y almacenarlos, para permitir que la humedad se evapore antes.