Si bien es cierto que como el helado artesanal no hay ninguno, la actual crisis de la Covid-19 ha obligado a los consumidores de varias ciudades españolas a prescindir de este placer y limitar sus visitas a las heladerías de barrio. Mientras algunos se atreven a preparar versiones caseras en sus cocinas, gran parte de la población opta por los helados industriales, que calman el antojo con bastante éxito y evitan acudir a la calle más de lo necesario.
Sin embargo, en ocasiones tomar estos helados puede convertirse en una experiencia insatisfactoria. Si se desconoce cómo conservarlos adecuadamente pueden endurecerse y perder esa textura cremosa y apetecible que los caracteriza. Existen métodos para retirar un helado muy congelado de su envase sin demasiada complicación, pero si queremos conservar su cremosidad lo ideal es conocer las siguientes recomendaciones:
Lo primero es evitar que se rompa la cadena del frío al trasladar el helado del supermercado a casa. Si el producto experimenta cambios bruscos de temperatura, por pequeño que sea el rango de variación, la textura se dañará de forma irremediable.
Para evitarlo, debemos acudir a nuestra tienda de confianza con una bolsa térmica e intentar que el producto se exponga a temperaturas altas el menor tiempo posible. Una vez en casa, debe guardarse en el congelador enseguida.
Para asegurar aún más que la textura del helado no se dañe, existe un truco muy sencillo para el cual solo necesitaremos una bolsa hermética. Pueden servirnos las mismas que suelen usarse para carne o pescado, aquí lo único importante es que tengan la medida o los litros suficientes para que quepa el el envase del helado en cuestión.
Introduciendo el helado dentro de estas bolsas antes de guardarlo en el congelador conseguiremos mantener mejor sus cualidades organolépticas y, sobre todo, su cremosidad.
Puedes colocar una capa de papel manteca o papel film directamente sobre la superficie del helado antes de cerrar el pote de helado o del recipiente donde lo coloques. Esto también ayuda a prevenir la formación de cristales de hielo en la parte superior.
Si optas por dejar el helado en el pote, puedes colocarlo dentro de una bolsa de plástico con cierre hermético antes de llevarlo al freezer. Esto ayuda a evitar que el aire y la humedad entren en contacto con el helado.
Si tienes un freezer con comando para regular la temperatura, ajústala para que esté un poco más alta que la temperatura estándar (alrededor de -10°C). Un congelador muy frío puede hacer que el helado se endurezca más rápido. Además, es clave que la temperatura sea constante y lo más cerca posible de 0°C.
El orden de las cosas en el freezer es clave. Procurá colocar el helado en la parte más fría del congelador, generalmente en la parte posterior. Evitá colocarlo en la puerta, ya que es donde hay más cambios de temperatura cuando se abre y cierra la puerta.
Evitá llenar el freezer en exceso, ya que esto puede afectar la circulación del aire y causar variaciones de temperatura. Esto puede favorecer la formación de cristales de hielo en el helado causando que se endurezca.