Los productos ricos en antioxidantes: vitamina E o C o derivados de la vitamina A como el retinol. Es posible que sepas que los antioxidantes suelen ser muy sensibles a la exposición solar y al calor. De hecho, es habitual que un sérum de vitamina C termine oxidándose al cabo de las semanas y adquiera un color anaranjado y una fragancia muy característica. Es debido al contacto con la luz solar. Los productos ricos en vitaminas E o C o derivados de la vitamina A como el retinol pueden mejorar su estabilidad en un entorno oscuro y fresco, como la nevera.
El aloe vera. No alargarás su vida si lo almacenas en el frigorífico pero aumentarás la sensación de frescor y frente a una irritación o quemadura será más eficaz.
Productos pensados para rebajar las bolsas: los parches de hidrogel y los contornos de ojos (que no contengan aceites) son más eficaces en un entorno frío, ya que es un elemento que ayuda a descongestionar la piel.
Las mascarillas de tejido. Puedes guardarlas en la nevera para una sensación de frescor extra, sobre todo si tienes la piel sensible. Además, el frío actúa reduciendo la apariencia de los poros.
La mayoría de accesorios de belleza: jade rolls, mascarillas de gel o piedras para masajes faciales. Fríos – o más bien dicho, frescos – ayudan a estimular el drenaje linfático (por lo tanto reducen el hinchazón) así como el flujo sanguíneo de la zona, lo que termina dejando la piel más brillante y luminosa.
Productos frescos o cuyo etiquetado lo exija. No es algo muy común pero si consumes productos libres de conservantes es posible que en la etiqueta te aconsejen guardarlos en la nevera ya que actúa como lo que le falta en la fórmula: como conservante.
Los aceites. Es muy importante que no los guardes en un entorno frío ya que a bajas temperaturas se solidifican o se separan las partes (agua y aceite) y la estabilidad del producto se resiente. Nos referimos a los propios aceites faciales pero también a los desmaquillantes aceitosos o a los bálsamos.
Ante la duda evita almacenar tu producto de belleza en la nevera o pregúntale a la marca cuáles son las mejores condiciones para conservar ese producto en un estado óptimo. La moda de los mini-frigoríficos para productos de belleza nos parece adorable pero debes recordar que cabe la posibilidad de que tu producto deje de funcionar correctamente – o incluso se estropee – por guardarlo donde no le conviene.