En los días de más calor, en los que ni la nevera portátil consigue mantener el hielo sólido, hay formas de conservar mejor el frío y evitar que los cubitos se descongelen rápidamente. A continuación de explicamos los mejores.
El calor y las buenas temperaturas invitan a salir de casa y desconectar en la costa o en lugar con verdes praderas. Lo más normal es que con nosotros llevemos una pequeña nevera con la comida y las bebidas. Para que este utensilio tan útil nos dé el resultado esperado y nos permita disfrutar de los alimentos fríos es preciso que en ocasiones nos ayudemos de los hielos.
Eso sí, hay que seguir una serie de recomendaciones para que aguanten en estado sólido lo máximo posible y que cuando abramos la nevera no nos encontremos un charco de agua en su interior. Tenemos a nuestro alcance la posibilidad de recurrir a los tradicionales bloques de plástico que se meten en el congelador y ayudan a rebajar la temperatura de la nevera portátil, pero en realidad no enfrían de la misma manera que unos cubitos de hielo.
El hielo se acabará derritiendo tarde o temprano, pero si ponemos de nuestra parte conseguiremos prolongar lo máximo posible su estado sólido. Lo agradeceremos tanto para enfriar el contenido de la nevera portátil que llevamos al campo o a la playa, como para echarlo a las bebidas.
Gracias a estos trucos tan eficientes podremos alargar la vida de los cubitos de hielo y que no se derritan tan rápido.
Puede parecer un tanto raro, pero si hervimos el agua que vamos a utilizar para rellenar las cubiteras conseguiremos que nos aguanten más los hielos. Esto es así debido a que el número de burbujas que se crean en su interior se acaba reduciendo.
De esta manera, el hielo permanecerá más compacto y durará más sin deshacerse.
También hay que tener en cuenta que cuando se emplea agua caliente para producir el hielo este se acabará haciendo mucho más rápido. Esto tiene una explicación bien sencilla. Y es que las partículas de agua caliente se mueven a más velocidad y se desprenden antes del calor, por lo que la solidificación se produce con más rapidez.
Si no tienes previsto usar los hielos para echarlos a la bebida, te proponemos que emplees sal gruesa para que el agua congelada se conserve durante más tiempo. Basta con meter los cubitos en un cubo con agua y sal gruesa. Esta combinación consigue crear una reacción endotérmica, la cual absorberá energía en forma de calor y el frío se conservará durante más tiempo.
En la medida de lo posible deberías elegir cubiteras de gran tamaño. Sobre todo para que los hielos sean grandes y así tarden más tiempo en derretirse. En el caso de que no tengas a mano una de importantes dimensiones puedes decantarte por un emplear una botella de plástico y meterla en el congelador. Conseguirás que el hielo no se deshaga tan rápido y además se podrá dar una segunda vida a una botella.
Los colores de las neveras también resultan importantes. Y no se trata de una cuestión de estética. Al llevar con nosotros una nevera portátil de color claro, esta podrá mantener durante más tiempo el frío, ya que la tendencia es que las de color oscuro atraigan con más facilidad el calor y los rayos de sol.