Durante el verano, las altas temperaturas y la baja humedad pueden acelerar la deshidratación de los alimentos dentro de la refrigeradora. Esto no solo afecta la textura y el sabor de los productos, sino que también puede reducir su vida útil. Para evitar este problema y mantener los alimentos frescos por más tiempo, aquí te dejamos algunos consejos prácticos.
El aire frío dentro de la nevera puede absorber la humedad de los alimentos, dejándolos secos y sin frescura. Para prevenir esto, guarda frutas, verduras, carnes y quesos en envases herméticos o bolsas de silicona reutilizables. Esto ayuda a mantener la humedad interna de los productos.
Asegúrate de que la temperatura de la refrigeradora esté ajustada entre 2 y 4 °C para conservar los alimentos en óptimas condiciones. Además, si tu refrigerador tiene control de humedad en los cajones de verduras, usa la opción de alta humedad para evitar que se sequen.
Colocar un paño húmedo dentro del cajón de las verduras o un recipiente con agua en un estante de la nevera puede ayudar a mantener la humedad relativa dentro del electrodoméstico. Esto es especialmente útil en climas muy secos y calurosos.
Las verduras de hoja verde, como la lechuga y la espinaca, pueden deshidratarse rápidamente. Para evitarlo, envuélvelas en papel absorbente ligeramente húmedo antes de guardarlas en una bolsa perforada. Esto mantiene la humedad sin crear un ambiente demasiado húmedo que favorezca la descomposición.
El aire frío que circula dentro de la nevera puede deshidratar los alimentos expuestos. Para evitarlo, organiza los productos de manera que los más sensibles no estén directamente en el camino del aire frío que emana de los conductos.
Las envolturas de cera de abeja son una alternativa ecológica al plástico y ayudan a mantener la humedad de los alimentos, especialmente los quesos, pan y frutas cortadas. Además, permiten que los alimentos respiren sin perder hidratación.
Lavar frutas y verduras antes de almacenarlas puede acelerar su deterioro, ya que la humedad extra puede favorecer el crecimiento de moho. En su lugar, lávalas justo antes de consumirlas para mantenerlas frescas por más tiempo.
Siguiendo estos consejos, puedes asegurarte de que tus alimentos se mantengan frescos y en buen estado durante los meses de verano, evitando la pérdida de humedad y conservando su calidad y sabor por más tiempo.