Actualmente, el sabor de la comida casera ya no sólo proviene de los alimentos frescos preparados con nuestras manos, ollas y sartenes, sino también de pequeñas cajas que guardamos en el congelador.
Dichas cajitas con comida congelada se han vuelto cotidianas en los hogares por un sinfín de razones, entre ellos la falta de tiempo o el simple hecho de no querer trabajar en la cocina.
Por lo anterior, estas comidas preparadas se han convertido en un recurso valioso y cómodo para muchas personas.
Sin embargo, no sólo se trata de sacar el plato, ponerlo a calentar y ya, pues incluso los alimentos congelados deben ser preparados correctamente para minimizar el riesgo de contraer alguna enfermedad.
Ante ello, la página web FoodSafety.gov nos deja los siguientes consejos:
Las comidas congeladas pueden dividirse en dos: las que vienen en una cajita con toda una comida preparada o las que están empaquetadas en bolsas o cajas más grandes con porciones de un solo producto, como vegetales, carnes o frutas, entre otros.
Tal variedad de opciones, productos, combinaciones y menús contribuye a que estas comidas sean aún más apetecibles a toda hora del día.
Recuerda que antes de comprar un producto congelado es sumamente importante mirar el reverso del empaque y leer con cuidado la etiqueta de información nutricional, ya que es un elemento esencial para que selecciones adecuadamente tu comida.