La pasta fresca gusta a casi todo el mundo, pues es un alimento sabroso y saciante, pero suele pasar que, al elaborarla en casa, sobra masa o pasta ya cortada. ¿Qué debemos hacer en esos casos? Es importante saber exactamente cómo guardarla para conservar toda su frescura y sabor. Si necesitas consejos sobre cómo conservar la pasta fresca, no busques más. Familiarízate con los mejores métodos de conservación, por ejemplo, secarla y congelarla para que puedas disfrutarla durante semanas.
¿Cómo debes conservar la pasta fresca?
Hay tres maneras básicas de conservar pasta fresca en casa: se puede secar, congelar o refrigerar. El método de conservación que elijas dependerá del tiempo que quieras guardarla. Aunque algunas pastas secas comerciales pueden durar hasta 2 años, la pasta casera tiene un tiempo de conservación mucho más corto: alrededor de 2-6 meses en el caso de la pasta seca, hasta 8 meses la pasta congelada o 1 día en el frigorífico. Ahora que sabes cuánto tiempo se puede conservar la pasta fresca, aquí tienes una guía para cada método de almacenamiento.
Secar la pasta fresca (2-6 meses de conservación)
Secar la pasta es el método ideal para la conservación a largo plazo. Este método también ayuda a ahorrar espacio en el frigorífico o el congelador. La pasta seca no necesita refrigeración y se puede guardar en un estante o armario de la cocina dentro de un recipiente hermético. Es fácil y práctico.
Congelar la pasta fresca (hasta 8 meses de conservación)
Si bien congelar la pasta no es una práctica habitual en Italia, donde siempre se elabora y se compra pasta fresca, puede ser una buena opción. Además de congelar pasta laminada y cortada, también puedes congelar una bola de masa para usarla más adelante. Estas son las diferentes maneras de congelar pasta fresca durante meses.
Congelar la masa de pasta en una bola
- Forma una bola con la masa de pasta que te haya sobrado.
- Aplánala ligeramente y, a continuación, envuélvela con una capa doble de film de plástico resistente antes de introducirla en el congelador. De este modo, se mantendrá fresca durante aproximadamente 4 semanas.
- Cuando vayas a utilizarla, deja que se descongele durante toda la noche dentro del frigorífico antes de convertirla en tus variedades de pasta favoritas.
Congelar pasta cortada semiseca
- Espolvorea la pasta cortada con harina para evitar que se pegue.
- Extiende la pasta en una sola capa sobre una superficie limpia, como una bandeja para hornear, un paño limpio o una tabla de cortar. Deja que la pasta se seque al aire durante una hora.
- Coloca la pasta semiseca en un recipiente hermético para congelarla. Utiliza una bolsa de congelación con el mínimo de aire posible en su interior o un recipiente con tapa hermética.
Formar nidos de pasta para secarlos y congelarlos
- Toma un puñado de hebras de pasta y cúbrelas ligeramente con harina.
- Deja que cada puñado se seque en una bandeja para hornear u otra superficie plana y limpia durante unos 5 minutos.
- Agarra un pequeño manojo de un extremo con el pulgar y el índice y enrolla la pasta alrededor de la mano sin apretar. Retira la pasta de la mano y vuelve a colocarla sobre la bandeja para hornear o sobre una superficie plana. Deja que se seque un poco más con esa forma de “nido”, algo menos de una hora, hasta que los nidos mantengan su forma al levantarlos.
- Coloca los nidos de pasta ligeramente secos en un recipiente hermético en el congelador.