Tomar un café latte helado es una forma deliciosa de refrescarse en una tarde calurosa de verano. Hay varias formas de preparar esta bebida con café expreso en casa, incluyendo la versión con latte tradicional, con expreso frío o incluso con café y hielo. Lo mejor de preparar tus propios lattes helados es que puedes experimentar con distintos métodos, ingredientes adicionales e incluso con diferentes condimentos.
Mide la cantidad adecuada y muele los granos de café. El café preparado en frío requiere más cantidad de café que uno tradicional preparado en caliente. Necesitarás 1 taza (85 g) de granos de café molidos para esta receta de late helado, así que llena 1 taza de granos de café. Echa los granos de café en el molinillo y muélelos hasta que adquieran la finura de la sal gruesa.
El tipo de café que quieras preparar determinará el grado de molienda adecuado, y el café preparado en frío requiere un grado de molienda de medio a grueso.
Mezcla el café y el agua fría en un tarro. Pasa el café molido a un tarro u otro recipiente de cristal con tapa. Añade el agua fría y remueve la mezcla bien para que el café molido se disuelva. Cierra el tarro apretando bien la tapa.
También puedes preparar café en frío usando una prensa francesa, que facilita enormemente la tarea del prensado.
Deja el café en el frigorífico durante un mínimo de 12 horas. Guarda el tarro cerrado o la prensa francesa en el frigorífico. Deja que el café repose durante toda la noche o hasta 24 horas. El café preparado en frío necesita como mínimo ocho horas de reposo en el frigorífico.
Filtra los posos. Una vez que el café se haya enfriado durante 12 horas, saca el tarro del frigorífico. Coloca una tela de quesero, un filtro de café o un filtro de tela para leches vegetales sobre un colador de malla fina. Coloca el colador sobre un bol o sobre otro tarro. Vierte el café a través del colador para eliminar los posos.
Si has preparado el café en frío con una prensa, solo tendrás que presionar el émbolo hacia abajo para filtrar la bebida y prensar los posos al fondo.
Mezcla la leche y el azúcar. Un café latte tradicional contiene leche vaporizada, pero si preparas un latte helado en frío, es mejor espumar la leche. Mezcla la leche y el azúcar con la licuadora a velocidad alta durante un minuto aproximadamente. De esta forma, incorporarás aire a la leche y se formará espuma.
También puedes utilizar una batidora de mano, una batidora de vaso o una batidora de varillas para espumar la leche. Inmediatamente después, pasa la leche a un tarro con tapa y agítalo durante un minuto.
Mezcla la leche espumada con el café. Vierte 1 taza (235 ml) del café preparado en frío en una taza grande. Pasa el resto a un tarro, ciérralo y guárdalo para otro latte helado o para una taza de café frío. Añade la leche espumada a la taza grande y remueve para mezclarla bien con el café.
El café frío que sobre puede durar hasta dos semanas en la nevera.
Sirve la bebida con hielo. Llena el vaso de hielo hasta arriba para que la bebida se mantenga fría. También puedes condimentar el latte helado con cacao en polvo, virutas de chocolate, azúcar de vainilla, canela o cualquiera que sea tu ingrediente favorito para añadir al café.